La vergüenza de Europa 11 marzo, 2016 Como gritar no sirve de nada, es sólo un chorro de voz que se desvanece en el aire, necesito escribir. Necesito escribir la rabia que siento. Miles de personas hacinadas en el este de Europa, pasando hambre, durmiendo sobre el barro, sin ropa, sufriendo las peores enfermedades. Y en Europa sólo se les ocurre reunirse dentro de una semana. Y luego, dentro de dos. Y así. Y no les importa. Necesito gritar y, por una vez, me salto las buenas formas al escribir para decir que Europa es una mierda, Europa da asco y siento vergüenza de ser europea. Dicen que somos civilizados, pero no. Hemos dejado de ser humanos, nos dejamos manipular por los grandes medios con intereses privados porque nos es más cómodo que reflexionar. Europa es responsable directa de la situación de todas esas miles de personas desesperadas que no tienen adónde ir, atrapadas en Grecia. Europa ha masacrado sus países, ha robado sus recursos y ha asesinado a sus civiles. Y ahora, cuando intentan escapar, les detenemos con vallas enormes, esperando que un metal detenga la desesperación. Y somos los buenos. Y la sociedad se deja manipular. Porque cuesta aceptar que uno es cómplice de la situación. Somos cómplices cuando permanecemos en silencio, cuando les justificamos. Cuando decimos que sí, las guerras allí son culpa nuestra, pero no por ello hay que dejar las fronteras abiertas. Eso nos convierte en cómplices y, lo que es peor, estamos defendiendo la impunidad. Es como decir que yo robo al de al lado, pero cuando venga a reclamármelo, lo detengan a él y lo lleven a la cárcel. Afortunadamente, aunque no muchos y desgraciadamente insuficientes, son muy valiosos los y las periodistas que se han desplazado desde hace tiempo hasta la zona y nos ofrecen información veraz de primera mano para luchar contra la manipulación mediática que sufrimos en masa. Europa da asco. Cuando la emergencia la tiene un banco o se trata de saquear un país de la zona euro, como Grecia, enseguida se reúnen y pasan noches enteras encerrados deliberando qué hacer. Pero como estas miles de personas sólo son seres humanos, ¿para qué? Y ni siquiera son europeas, ¿para qué? La historia recordará con vergüenza estos años y nuestros descendientes no comprenderán cómo los pueblos de Europa pudimos tolerar esta masacre, esta impunidad y este abandono directo de nuestros hermanos y nuestras hermanas. Y nuestros niños. Porque también hay niños. Cientos, miles de niños y miles de niñas. Y cuando se “pierden”, nos sobrecogemos unos minutos y volvemos a pensar en nuestras cosas. Nadie los mantiene en la memoria por más de unos míseros minutos. Ahora recordamos el nazismo y no sabemos cómo la gente pudo tolerarlo. Y nos encanta repetir una y otra vez eso de “no olvidamos para que no se vuelva a repetir”. ¡Mentira! Se está repitiendo. Se repite cada día en muchas partes del mundo, pero nos vendamos los ojos, nos tapamos los oídos y tarareamos el himno de nuestro país para así creer que todo está bien. Eso hizo el pueblo alemán durante el nazismo. Y lo estamos haciendo nosotros ahora. Pero nos encanta repetir eslóganes en nuestra cabeza año tras año para “no olvidar”. Las palabras no sirven, sirven los hechos. Los pueblos somos cómplices. Yo no quiero serlo. Y no sé qué hacer, así que hago lo que mejor sé: escribir. Y gritar. Todas las personas nacen (o deben nacer) libres, con libertad de expresión, trabajo y movimiento. Y qué menos debemos hacer los europeos que dejarles entrar sin condiciones cuando hemos saqueado y destruido sus hogares, cuando les hemos asesinado en masa de mil maneras distintas, cuando les hemos privado de educación y una vida en paz. ¡Qué menos! Refugiados, refugiadas, ¡bienvenidxs! Compartir:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva) Relacionado