Cómo ser mujer” es el libro que todas deberíamos tener en la mesilla de noche. Caitlin Moran, periodista y escritora inglesa, sienta las bases de la realidad de la mujer  hoy en día y reivindica la libertad real de estas. Es un himno a la mujer, a sus derechos, a su responsabilidad de quererse y no dejarse amedrentar por el Patriarcado.

Personalmente creo que ha llegado el momento de que las mujeres inicien su propia política de Tolerancia Cero con las Ventanas Rotas de su vida. Quiero una Tolerancia Cero con toda esa mierda del Patriarcado”. La periodista desgrana hoja a hoja pinceladas de su vida desde la infancia, compartida con una familia más que numerosa, hasta su maternidad defendiendo el poder de decidir ser o no madre. Siendo la primogénita, desgrana en cada letra el descubrimiento sobre la feminidad, sus expectativas como futura mujer adulta y la realidad con la tiene que hacer frente a lo largo de sus 37 años de vida.

En sus páginas estaremos ante una adolescente acomplejada por su peso y sus profundas reflexiones sobre el cuerpo, mostrando las exigencias invisibles que hay sobre las mujeres y sus curvas. Sentimos a una adolescente cómo descubre, con miedo, la evolución de su cuerpo y  la masturbación. Y lo hace sin pudor, sin miedo, ¿Qué hay de malo en darse placer? ¿Por qué está peor visto en mujeres que en hombres?  “Soy una amante de mi misma, atenta e imaginativa.  También refleja reflexiones sobre el vello púbico, haciendo un reclamo a nuestra decisión de tenerlo como queramos “Nos están obligando a pagar por el cuidado y mantenimiento de nuestra entrepierna como si se tratara de un jardín de la comunidad. Es un impuesto oculto. El IVA del coño.

Nos hace descubrir todas aquellas injusticias y desigualdades que a día de hoy nos siguen haciendo esclavas del sistema, ¿Por qué a nosotras se nos juzga por cómo vamos vestidas, si tenemos celulitis o si no llevamos tacones? ¿Por qué los hombres son más sexys con sus canas y sus barrigas, y nosotras tenemos que vivir en los eternos 30 años? ¿Por qué tenemos que luchar constantemente por ser perfectas?

Una gran evolución como mujer que nos hace crecer a cada lectora que saborea esta narración tan fascinante como real. Un niño no deseado, citas, jefes machirulos y situaciones cotidianas que hacen despertar esa conciencia de mujer, de igualdad y lucha ante quienes se empeñan en dejarnos un escalafón por debajo de ellos.

Soy feminista, decidlo, decidlo. Porque si no podéis, estaréis en el fondo inclinándoos y diciendo “Dame una patada en el trasero y quítame el voto, por favor, patriarcado“”. Las feministas deberíamos ser todas las que tenemos vagina y queremos responsabilizarnos de ella, luchamos por un mundo en el que hombres y mujeres valgamos lo mismo, y eso señores y señoras, no debería ser tan complicado.